4.5.12

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Es sólo la silueta. Nada más. Alrededor de la silueta imaginemos flores, o plumas o nubes. Imaginemos mar.
Un marco asible, destellos de una realidad cercana con fines estéticos, quizás como catalizador de esperanzas. No se.

El asunto es que en ese contorno sólo encaja Miyú. Siempre. No hay espacio para otros pechos ni suficiente luz para otra piel (pero ella no lo sabe. Shhhh...)
Es un esbozo de sueño reiterado que parece regresar cada siglo, como una plaga, como un cometa - como si un dios desconfiado enviara un mensajero de tiempo en tiempo, para que los mortales sigamos creyendo en el destino.

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