30.4.12

éxodo

no diré que fue una capitulación de principios - cada uno sabía muy bien lo que hacía
se quedó esperando, encendió un cigarrillo y no compartió culpabilidades con el cielo

no abogaré por la fragilidad de la razón - ambos tenían perfecto control de giros y ramificaciones
en el asiento trasero, el libro de John Fante - marcado sutilmente con un ticket de tren

había una suspensión de primavera
una penumbra de mediodía
y James Jamerson repetía su maravillosa imposibilidad
de espaldas en el piso de un estudio lleno de humo
lejos de aquí ... "what's going on!" ... en tierras de algodón

por eso, cuando él salió de la tienda con su camisa blanca, las mangas dobladas hasta los codos y un mechón negro sobre los ojos
ella se acomodó en el carro mirando hacia adelante y se arregló la falda
no. no diré que fue - qué se yo - la lujuria o la ambición de algo incomprensible

simplemente, con la naturalidad de un ave que abre las alas y sacude el cuello
él encendió el motor
y salieron hacia el norte
dejando atrás una nube de caminos
que no esperaron ver decantar nuevamente sobre el mundo

27.4.12

transeúntes


la vida en pantalla plana
a trozos descansados
a postales traqueteadas
ojos, caras, sonrisas, adioses
y miles de manos, pasos, huellas, besos
al aire congelado
a las montañas azules de puntas blancas
y uno mismo y ella misma
robados por el sol
juguetes reflejados en cristal
- ríe cuando el globo de goma de mascar
rinde su breve biografía de huevo
y deposita un trozo de cáscara rosada
sobre su nariz

25.4.12

exilio fingido


la cubre bajo las noticias de las seis
a veces, bajo una novela de suspenso
muchas veces, bajo una cacería de lobos
en el fondo de una caja
en el bolsillo olvidado de una chaqueta olvidada
y la música del mundo
a nuestro alrededor, carrusel inevitable
y ta ta tá las balas, más allá de mujeres y niños
tras los ojos de la muerte

la esconde en la última página
de una libreta barata
y la describe en broma
a veces, disecta las memorias
muchas veces, las tiende a secarse
bajo el sol, piensa
nada se corrompe

pero siempre
retorna
del abismo de la vida
una mano, una voz, una risa
de regreso
Carrie repentina
Carrie la invencible

23.4.12

plan de escape al pasado


Hace años atrás la vida es así: atardeceres kitsch, como de poster: cielo rojo y el sol desapareciendo tras el horizonte marino. Hay una decena de bares y restoranes frente a la playa, casi vacíos en invierno.
La temporada baja es la mejor época del año - los tesoros de la creación para los locales.
Camino por la playa casi vacía y después me voy al bar de Nimrod, pido una cerveza y me siento a leer en frente del atardecer kitsch.

Es una época de poros abiertos, la política no me interesa y escucho al mundo, sus maquinarias y sus carruseles, distante, enmudecido, como murmullo de carretera lejana.
Si oscurece demasiado, pongo el libro en el canastillo de la bicicleta, digo chao y pedaleo de regreso. La simplicidad. la felicidad de un ritmo quieto, como olas de lago.

Empiezo a conocer los nombres de las hierbas silvestres que crecen en la berma - el bergamót con flores estrelladas rojas, las mentas de hojas velludas, las frutas del sambucus como balas de cañón antiguo en miniatura...
Cierro los ojos bajo la ducha y dejo el chorro sobre el rostro. Fantasmas en un mundo de vapor.
Vamos a la cama con tazas de té. los veladores son dos torres de libros, una a cada lado de la cama. Dormimos un sueño profundo y babeado.

Tenemos la última tele en blanco y negro del mundo. La encendemos de vez en cuando.
A unos vecinos que se mudan a otra ciudad les compramos una radio Phillips FM que nos acompaña ahora en los atardeceres kitsch.
Ella quiere trabajar en una tienda de vitrales, cortando y componiendo combinaciones de colores, hacer ventanas, faroles, lámparas. Agarra su bicicleta y se va al curso de vidrios. Pongo la sinfonía No. 3 de Vaugham Williams y me siento a escribir.

Recuerdo esa sensasión de vivir la vida propia, al ritmo de uno, con las cosas que necesitas – no la vida de otros, con una multitud empujándote y picándote la espalda para que avances una baldosa más y ahogándote con las cosas que te dicen que necesitas.
Hay que volver a eso. Tengo que volver a eso. Esa naturalidad y esos atardeceres kitsch son demasiado valiosos como para rendirse sin tratar.

22.4.12

sábado de pulpo


Sólo en la oscuridad puede decirle esas cosas. En la penumbra. Hay tanta luz en las calles que deben cerrar las cortinas, echar hielo en una jarra de agua, agregarle unas gotas de limón y dejarla en el velador. Para después.
Esa mañana van a la caleta de pescadores y compran un pulpo rosado. Lo cocina frito, le agrega vino y rodajas de cebolla. Lo comen en el patio, bajo la parra. La ciudad calla bajo el calor. Sólo el mar a lo lejos.
Se aman a medialuz, bocas saladas, agua de hielo con limón. En la calle voces en idioma extraño, turistas que van por las calles de piedra. Adentro, un casi silencio: George Dalaras canta bajito en una radio olvidada. Amor de horas lentas.

20.4.12

salto bungy


todo es diferente
a través
de una mesa de cristal
hasta la vida
con su máscara de sales
libera al duende de la botella
para bromear con los segundos
para un salto bungy
al río de sus piernas
sin amarrarse los tobillos
sin agarrarse de la luz
sin dudar un momento
arriba
a la baranda
el viento en la cara
allá voy
no me esperen de regreso

17.4.12

metáfora


Cuando ella le dijo que no lo quería, M. caminó hasta el avión, encendió el motor y voló hacia el horizonte. L lo vió alejarse desde el jardín de la casa de sus padres mientras el viento del Pacífico le enredaba el cabello, y le agitaba el vestido de seda china. Después, entró a la casa y subió a su cuarto a ponerse un jersey pues el viento le había erizado la piel con una sensación que ella confundió con el frío.

M voló atravesando nubes y estas lo dejaron pasar con silenciosa comprensión. Oscurecía cuando vió la isla verde allá lejos en el noroeste del océano.  Giró y se dipuso a aterrizar mientras una geometría de estrellas le hacía de techo en el cielo.
Dejó el bimotor en la arena y caminó bajo la llovizna nocturna. El aire era dulce.

Vivió en la isla por veinte años, conoció a una mujer con mirada de océano y la amó en todo posible rincón de la isla en que cupieran dos cuerpos adutos. Ella siempre lo recibió con gracia y le enseñó a amar lo simple. Una vez ella le dijo, "todo lo que realmente importa en la vida, cabe en una mochila".
Sus hijos jugaron en las colinas, bebieron leche al pie de cabras y burras y jugaron bajo la sombra del avión abandonado en la playa.

Un día decidió limpiar el bimotor - sacó el óxido y repintó partes, aceitó el motor y verificó los relojes.
Su mujer lo supo desde el primer momento en que lo vió yendo y viniendo de la playa bajo una luna siempre amarilla. Regaló las macetas con flores y preparó las mochilas.

16.4.12

sueño viaje oeste


cinco AM viaje oeste
manejo un dardo negro
hacia el amanecer
Li Gong sentada a mi lado
lleva el collar de perlas
que se acomoda entre sus pechos
atrás
Igor y su pájaro de fuego
van por la segunda botella de champaña
cuando le robo un segundo al camino
y la miro
Houdini se despierta en mi ombligo
y se dispone a bajar a escena

13.4.12

selenita


estás agradecida
de sentir nuevamente
la lengua de la luna

y de esa noche 
en el cementerio -
el jeep con las puertas abiertas
y Jeffrey Osbourne
(botella de coñac en mano)
suplicando que no te enfadaras con él

cóctel de salivas, faros y luna
fiesta de vida entre tumbas
y los muertos nos animaron
hasta que llegó la policía

cuando nos llevaban
escuchamos la risa de Jeffrey
y vimos la botella vacía
volar hacia las nubes
como un satélite lleno de tiempo

11.4.12

bufones


los sueños pendían del tiempo como frutas vedadas
un ventilador en rebaja amoldaba la atmósfera alrededor
y dos cuerpos tenaces blandían espada, arco y flecha
contra los tentáculos de la suerte

10.4.12

después no vino nada


recuerdo que los Trammps cantaban "detén la noche" y nos sentíamos señores feudales de un trozo de aire en lo alto mientras nos licuábamos en sueños
después vino Louis convenciéndonos que el mundo es maravilloso y que bastaban las ganas, que la guerra estaba ganada con el convencimiento del camino justo y que podíamos confiar en las estrellas

después no vino nada
sólo imágenes desesperadas en una búsqueda cada día más estéril, más difícil, más de elefante que vaga, quemando un poco de tiempo, antes de encaminarse a su ausencia definitiva

9.4.12

visión


para qué ese esfuerzo inútil por colonizar Marte, pequeño avestruz
para qué ese empeño estéril de dividir el átomo
ven aquí - siéntate a mi lado
leamos juntos el nuevo número de Krazy Kat
bajo el pino del patio

5.4.12

este libro es grueso y pesado


este libro es grueso y pesado
su memoria está escrita con una tinta muy negra
cosechada decantando materia oscura
sus palabras pueden significar realidades dispares
encontradas, antagónicas
incomprensibles si no se ha vivido lo que debe vivirse
para hombres niños y mujeres niñas inocentes como abejas
no son sino caprichos de pigmento
regalo de moluscos silenciosos
muertos y momificados bajo un eterno carrusel de soles
para los encadenados son mapas a la libertad
fórmulas hacia la certeza
razonables imperfecciones, lo mejor de todo lo malo

3.4.12

poliedro


Cada vez que se mira al espejo ve a otra persona.
Bueno, no sólo personas, también ve gatos, a veces pájaros. Una noche se levantó en penumbras a mear medio dormido y al mirarse en el espejo vió a Dean Martin. No lo pudo creer, sacudió la cabeza y volvió a mirar: Mike Tyson.

El fenómeno es totalmente personal: cuando otros miran su reflejo, lo veían a él - no a otros, no grillos ni jarrones persas.
El asunto es que él no se conoce a sí mismo en real-time. Tiene varias fotos de él y puede recitar de memoria su cara (aunque siempre se le olvida la ceja izquierda), pero no podía puede su rostro cuando lo desea: se afeita al tacto y se peina por intuición.
Pero lo peor (y esto no me lo creerán, pero no importa) es cuando maneja - al mirar por el retrovisor una vez se vió Godzilla, otra el gato Félix, otra Benito Mussolini - una vez se vió cactus!
Ustedes comprenderán que no es de risa que cada vez que levantes los ojos para ver si el trailer de doce ruedas detrás tuyo frena a tiempo, veas a otra persona manejando tu carro.

A veces, cuando no está atento, o está adormilado, o borracho, se mira al espejo y por una décima de segundo se ve como yo.

(ilustración - frankh)

2.4.12

Johann


Dicen que aún de pequeño a Johann Sebastian Bach le gustaba la naturaleza. Se sentía atraído por bosques y colinas. Le gustaba pasear y perderse por valles y caminos arbolados.

Johann niño despertó una mañana y vió una primavera esplendorosa a través de los cristales - los árboles frutales florecidos, los campos llenos de colores y los pájaros deambulando por el jardín.
Johann Sebastian no pudo resistirlo. Abrió la ventana y se fué corriendo hacia los campos, tras las mariposas brillantes que bailaban en el aire delante de él.

Sus padres lo llamaron, pero Johann siguió corriendo. Sus hermanos le gritaron que volviera, pero el niño corrió y corrió. Los pobladores lo vieron alejarse hacia el bosque, lo llamaron también, pero Johann no escuchó.
Dicen que esa fue la primera fuga de Bach.