lo imagino despertando esa mañana para descubrir la resaca del amor.
tejiendo una nueva historia en el viejo telar de siempre - el dolor de vivir.
de la pasión. sentir mil agujas de luz atravesando el alma por la ruta que todo hombre alguna vez imagina, pero que todo hombre se niega a aceptar como propia.
y como Sansón no tenía tarjetas de crédito, ni teléfono móvil, ni un apartamento frente al mar donde encerrar la burbuja de su desamparo, se vió obligado a la autodestrucción de su vida y del templo.
'another one bites the dust' le habría cantado Freddy y quizás una media docena de gintonics anestésicos lo hubieran acompañado por un tiempo.
pero no tuvo oportunidad en esa época de arenas y metal - como Marlon Brando corriendo por París cuando el tango ya había terminado, se desprendió Sansón de si mismo, en silencio, a lo macho - y derribó las columnas de su mundo.
en su último chispazo de gigante supermánico seguramente musitó, 'que se vaya todo a la mierda!'
(collage - frank h.)