31.5.05

estilo y blogs


Cada uno y su estilo. Cuando algo que hemos hecho refleja nuestra persona, decimos que tiene nuestro estilo. Esto funciona siempre, pero más que nada en las artes.
Poemas en el estilo del Gato, de C., de Magda, de e., ... artículos culturales al estilo de Hans, posteos eróticos a lo Alas Quebradas, relatos estilo Puzzle o Ecce Homo, comentarios a lo Roberto, a lo Aldea Diaguita...

Se nota cuando alguien está tratando de escribir en el estilo de otro, pecado que hemos cometido todos. Principalmente por falta de madurez. Cuando aún no hemos vivido lo suficiente para conocer la vida, la gente y a nosotros mismos, no nos queda otra que expresarnos de la manera que lo hacen esos que admiramos.

Cuando yo era chico, en mi casa compraban la revista Ercilla, que traía en la última página un artículo de Guillermo Blanco. Leí a Blanco por años y era consciente de que - sin querer - escribía como él.
Cuando en esos años trataba de escribir un cuento me salía a lo Hemingway o a lo Bradbury, a los que leía sin parar. Era lógico - no conocía otra cosa y yo no era aún yo. Mi estilo, si es que existe algo así, se estaba desarrollando.

Lo mismo con los dibujos. Aprendí por años mirando a otros. Probaba un estilo, después uno diferente. Aprendiendo algo de cada uno. Pero seguía adelante, buscando el mío - el cual no tenía idea cuál era. Recién ahora, el último año, se ha ido decantando algo más propio. Han ido aflorando escenas y personajes que salen de manera natural y que en mucho me reflejan a mí mismo. Debe ser, me imagino, el parto de un estilo.

Sin duda ambos, el escribir y el dibujar, tienen influencias subconscientes e inconscientes de una mezcla de personas y maestros que han ido dejando sus granitos de arena o sus rocas descomunales sin que yo me de cuenta. No es, entonces, "mi" estilo, si no el resultado de una mezcla extraña de mí y muchos otros. Adiós a las arrogancias.

Sigo leyendo a mucha gente y mirando a muchos dibujantes y pintores. En los blogs hay gente de talento increíble (algunos de ellos ya nombrados arriba), en castellano, en inglés, en hebreo (los que por regalo de la vida también puedo leer), fotógrafos, artistas... gente que son (somos) aficionados al asunto, lo que no es peyorativo, ya que el aficionado hace estas cosas por amor, no por dinero. Esa es la única diferencia con los profesionales - no la calidad. De hecho, hay en los blogs gente de más talento que muchos profesionales conocidos.

Claro, no todo es bueno. De nadie todo es bueno. A veces estamos más inspirados, otras menos. Pero qué se puede hacer - no cortarse las venas por eso. Somos humanos, con cansancios, ritmos biológicos, moods, ups and downs (pero sobre las musas hablaremos en otra ocasión que es un temazo en sí mismo).
La técnica es re importante. Aprender a usar el martillo, el taladro y las llaves francesas del idioma es básico - eso se puede aprender. El talento no. Aunque mucho talento es trabajo duro, sudor... hasta que sale como uno quiere!

Hay un libro bien simpático de Stephen King llamado "On Writing". Es bastante anecdótico, pero Stephen analiza también las frases, los diálogos, la creación de personajes, las ideas. Se puede aprender bastante con ese delgado librito. No hay para qué ponerse denso.

Otra cosa super importante es la constancia (el talón de Aquiles de mi querido pueblo chileno). Esto no significa ser cabeza dura, si no tratar de nuevo, y de nuevo - cada vez, después de haber aprendido algo.
Uno de mis escritores preferidos es el israelí Amos Oz. Cuenta que se levanta a escribir todos los días a las cinco de la mañana, se prepara su café y se sienta frente al computador. Escribe ocho o nueve horas diarias. Revisa, tacha, re-escribe... "Mi parte yo la hago", dice, "como el almacenero que abre a las siete su tienda: él hace lo suyo - que vengan o no vengan clientes ya no depende de él". Vive en la ciudad de Arad, a orillas del Mar Muerto. Casi todos los días camina hasta un café del centro y se sienta a leer los diarios. Si alguien quiere discutir política con él, agarra su café y se le sienta al lado. Hombre increíble. Desde hace algunos años, candidato al Nobel.
También creo que no hay que filtrar mucho. Escribir, dibujar, esculpir... desde adentro. Desde las tripas. Lo que salga. Después, dejarlo por un tiempo. Incluso olvidarlo. Pasado cierto lapso, verlo de nuevo - y empezar a podar. Lo que resulte entonces, será obra de nuestro interior, pero también de nuestro intelecto. No mirarlo a menos. Pero no podar demasiado - que se enfría. Allí se demostrará el criterio de cada uno.

Bueno, era esto no más por ahora - simples pensamientos de hombre de la calle sobre estilos, arte y blogs. Una lata.

(dibujo - Frank)

28.5.05

intervalo de agua


A las seis de la tarde se largó la lluvia. Dijeron que era 'lluvia de pradera'. Agua que viene desde muy lejos, desde los polos quizás y que trae esencias de tundras y matorrales que sobreviven vientos de muerte.
Era un claro día de verano, pero igual oscureció como si sobre el mundo hubiera anclado un inmenso barco de casco negro. La lluvia lo golpeaba todo con paciencia de anciana - 'el mundo es mío' comunicaba desde la nave con megáfono de truenos.

Las ciudades buscan refugio en estas circunstancias. También los hombres. Se guarecen en sus cavernas espirituales buscando el tremor de troncos encendidos y el calor de un tacto amado.
Colgó el delantal blanco, echó los guantes de latex al tacho, recorrió los pasillos vacíos y se fue. Subió la montaña a contralluvia. A la izquierda los bosques, a la derecha el precipicio, atrás quedó la ciudad enjambre.
Rayos salían desde el cielo y caían sobre el paisaje iluminando la noche en un baile frenético. Baile de un segundo, capricho eléctrico, esclavo de su propia furia. Uno allá, trazó una ese, otro aquí, se abrió en dos y golpeó los bosques.

Pensó que después de comer se sentaría en el porche con su hijo a ver llover. Sentir el peso suave del niño descansando sobre su pecho, responder a sus preguntas de lógica aterradora, escuchar caer el agua y los truenos lejanos le parecieron un programa apetitoso por el que no hubiera apostado hacía poco tiempo atrás.
Quizás ella vendría después, con tres tazas de té, una de té con leche, galletas. Cada día que pasa las cosas pequeñas le parecen más grandes y decisivas. Se sentarían a ver la tormenta y hablarían de cualquier cosa. Podrían recordar otra tormenta, lejos, en un desierto oscuro.

Le contaría al niño sobre las tormentas del desierto, le diría que debes correr y buscar terrenos altos de inmediato, pues toneladas de agua canalizada por barrancos y quebradas se dejan caer poco después sobre los bajos con fuerza de gigante arrastrándolo todo a su paso. Cada tormenta de desierto se lleva a alguien, cobra alguna vida, un caminante no experimentado, alguien desprevenido que no alcanza a llegar a las colinas. Es una muerte extraña - morir ahogado en medio de un desierto.

Ella le llamaría la atención con la mirada seguramente - 'No son historias para un niño que está por acostarse'. Quizás no, quizás sí. Quizás alguna vez esa historia, que el padre le contó una noche de lluvia sentados en el porche le salvaría la vida a ese niño cuando fuera muchacho. Quién sabe. Quizás estaba escrito que esa noche él le narrara al niño la historia de las tormentas del desierto.

Al rato, todo amainó - el barco de casco negro levantó velámen y elevó anclas para seguir su viaje en busca de otras tierras. La noche se calmó y se llenó de luciérnagas y de olor a pastos mojados.
Después (cuando el niño ya soñaba con desiertos y camellos y él se dormía de espaldas en la cama, con la boca gusto a dentrífico y sintiendo el aroma de una crema humectante) - se imaginó que su cama era una balsa arrastrada hacia el mar por la Gran Avenida, la que ya no era una avenida si no un río (¿Esto no lo había soñado antes?). A pesar de tener los ojos cerrados sentía el fulgor del sol y percibía la oscuridad cuando éste era cubierto por una nube. Cuando en el sueño abrió los ojos vió el cielo como un inmenso valle negro y en él un prado de estrellas, y vió la luna amarilla sobre el horizonte. Sintió algo muy intenso y no supo si era felicidad, libertad, amor, nostalgia... era una sensasión esférica, que lo incluía todo - incluso las penas y los olvidos. La balsa se movió cuando alguien se acomodó a su lado.
Al rato, pasó un cardúmen de peces voladores - los vieron saltar del agua en vuelo silencioso, brillando a la luz de la luna como agujas metálicas, volver a hundirse unos metros más allá, para volver a salir catapultados al cielo nuevamente. Decenas, cientos de peces voladores en camino afanoso buscando algo que sólo ellos sabían.

Cuando abrió los ojos en la mañana la tormenta se había ido. La ventana abierta era un rectángulo celeste. Escuchó correr la ducha. Pensó en levantarse y poner la cafetera. Recordó el relato sobre la lluvia del desierto y pensó en buscar un nuevo cuento para su hijo. De algún rincón le vino la siguiente escena:
"... Al parecer, necesitas ayuda para bajar del árbol."
"Eres demasiado pequeño para ayudarme - dijo Sofía."
"Una conclusión sacada precipitadamente, señorita. Eres tú la que eres demasiado grande."

¿Dónde había escuchado o leído esto? - si lo recordaba ya tenía cuento para la noche.

23.5.05

la visita


"¿Aló?"
"Aloha!, estamos aquí!", gritó una voz alegre en el teléfono.
"¿Aló?"
"Estamos aquí! Nosotros... Todos!... el Ángel ha llegado"
El Ángel había llegado. Su visita de finde había salido anunciada en algunos periódicos y era rumor callejero, pero nadie estaba seguro.
Nadie lo sabía, pero Alas Quebradas (más conocida como el Ángel, entre otros nombres) había venido por mí. Eso había dicho y eso había hecho. ¿Nadie escuchó el batir de sus alas? ¿Ningún ser de la noche la vió cruzar los cielos oscuros en un vuelo de plata?

Me miré al espejo: había hecho lo mejor que podía. Una ducha prolongada, una afeitada cuidadosa y finalmente gotas de Pino Silvestre, el after-shave preferido de Alas. Salí al balcón. Estaba como que llovía. Un aire de flores andaba por la ciudad en compañía de gatos y murciélagos. Las luciérnagas conversaban con los fantasmas. El lago quieto miraba las estrellas.
Sentí un movimiento detrás mío y me volví de inmediato. Allí estaba. Allí estaban. Con una sonrisa de oreja a oreja, los siete enanos y Alas, parada en medio de mi sala, manos en cadera, túnica transparente.
"Hola mocoso!, me dijo en su tono despectivo de siempre, "New girl in town! ¿No me invitas de tu copa?"
"¿Alas?", le dije, "¿Eres tú? ¿Y éstos, quiénes son?"
"Ay", dijo caminando hacia mí, "Ahora me dió por andar de Blancanieves, he hallado estos enanos fachos camino hacia aquí, almíbar... (¿almíbar? Mmmm...) - bueno, la verdad es que sólo Gruñón es facho, esos dos de ahí son gay, éste es contador, incluso hay uno poeta."
"¿Y los otros?"
"Despreocúpate de estos minihombres, frutón (¿frutón?), vamos a la noche, nos perderemos en tus bosques..."
"Pero..."
"Siempre tú y tus peros. Vamos!" - Fuimos al bosque, al lago, a la montaña. "Ya", dijo Alas, "Me cansé. Lo he visto todo. Eres tú, gorrión (¿gorrión?!), el que no lo ha visto todo. Te mostraré lo que me hice para tí", dijo y se abrió la túnica. Ví lo que se había hecho para mí. "Alas... Ángel..." le dije. "Oh, manjar", dijo (¿manjar?!).

Lo hicimos de varias maneras. Tres posiciones fueron molestas por lo de las alas, pero mostró ser una experimentada contorsionista. La noche venía marcada por el tres: tres veces hizo lo que había prometido. Incluso había traído un pote de crema y dos tubos de vaselina. Ya saben cómo es Alas.

Después yo estaba tirado en la arena mirando pasar las nubes. Alas, a mi lado, hablaba: "Mi Guardían se pondrá celoso", decía, "Gato no, él es comprensivo, además de amarme, me admira. Y esa M. God, una loca! le gusta escribirme poemas en ciertas partes. Me da una cosquilla! R., siempre tan ocupado - viene, se va... y se va! corre que te corre, Hombre! le digo, apacíguate, bue... además están las E. ¿Sabes que se pelean por mí? Una me regala libros antiguos, la otra me envía poemas con palomas mensajeras... ji ji jí... qué gente. Y dicen que una es loca".
Deja de hablar y me mira - "¿Quieres de nuevo, potrillo?" (¿potrillo?!). Lo pienso unos momentos. "Okey, adelante!" - Antes de terminar de hablar ya Alas está concentrada en la misión. "Ay!", dice "Ya casi no me queda saliva. Usaré champaña". (Sí, he olvidado comentarlo - habíamos llevado unas botellas).

A la mañana siguiente me despierta cantando 'O Sole Mío'. Me levanto para constatar que lo enanos han acabado con el bar, con los chocolates y con el pastel de queso.
"Bueno, confitura", dice Alas poniéndose los guantes (¿confitura?!), "Nos vamos, a misa, y de allí a casita". Abre una sombrilla - "Sí, no me vaya a pasar lo que a Michael".
Se acerca y me besa largo. "Así besa P.", me dice. Me da la mano - "Bueno, ha sido un placer".
"Para mí han sido varios placeres", le digo.
Le abro el balcón, bate alas y se aleja cantando "...si yo construyera una fortaleza alrededor de tu corazón..."
Listo. Todos al día. Nos vemos en una de esas...

(dibujo - Frank)

17.5.05

noche de ciudad


Desde que la vió por primera vez se enamoró de ella. Tenía más años que él, estaba golpeada por la vida, empolvada y oxidada en una esquina, pero le sonrió desde la vitrina y él se enamoró. Era una Remington negra y cromo. En aquella máquina de escribir podría contar historias de dos ciudades, invasiones de platillos voladores y viajes hacia el Oriente en caravanas de camellos. En esa máquina podría escribir cualquier cosa, pensó. Entró y la compró, compró también cinta entintada y una cuartilla de papel de diario reciclado, grueso y tosco.

La instaló frente a la ventana desde donde por las mañanas veía los juegos de sol y sombra en los rascacielos apiñados.
A L. también le gustó la máquina. La tarde del jueves llegó con una bolsa con merienda, vino y chocolates. Él se apuró por finalizar un capítulo mientras L. disponía la mesa y se colocaba la bata azul. Tomaban vino y anochecía - ella pasó la mano por el cuerpo metálico de la máquina, subió unas líneas el papel y escribió algo.
Se durmieron después de hacer el amor dos veces. Él soñó que la Avenida Central era un río ancho por el que navegaban yates, veleros de tres mástiles y hasta buques de calado hondo. Estaba en la ventana cuando pasó hacia el mar un bergantín negro de maderos encerados. Desde la nave le hicieron señas, entre mucha gente vió a sus padres, a sus hermanos, al tío Emile y a la tía Rosa. Se vió a sí mismo saludándose con la mano - doce años, pelo revuelto, camisa escocesa de verano. Se respondió.

L. soñó con los girasoles de Van Gogh, con un trigal infinito y escuchó graznar un grupo de cuervos que volaban sobre los campos, negros como carbones.
Las nubes se abren y la luna acaricia con su luz techos y cristales, calles y arboledas. Entra por la ventana un reflejo celeste y se posa sobre la hoja en la máquina de escribir, lee: "Amore Di Profundis". Le gustan las palabras y se las roba.

Mañana: echa cuatro huevos al sartén, trozos de queso, algo de leche y revuelve. La cafetera gotea su pócima oscura. L. sale del baño envuelta en una toalla y se acerca a la ventana a mirar el amanecer. "¿Tú borraste lo que escribí anoche?", le pregunta, mirando la página que sobresale de la Remington. "En absoluto", dice él, "Y ahora a la mesa que esto está listo!". Le gusta verla comer con hambre. Lo hace cuando está contenta. En esos momentos también él come más. Dos tazas de café incluso. Comen y hablan - y se olvidarán para siempre del asunto. Sobre el papel, un último brillo celeste desaparece y vuela tras la luna, antes que el sol llegue. Ya pensará en recompensarles con algo.

(dibujo - Frank)

12.5.05

toque de estrella, susurro de tiempo

la niña tiene sol en el cabello, enredo de viento, color de marea.
juega sus ocho años bajo nubes delgadas que viajan hacia el trópico.
sus pies son arena y pasto, escaleras y agua - dos sapitos ávidos – que saltan y corren con la brisa.
tiene ojos de mañana y manos repletas de días como frutas.

La niña ve al anciano una mañana en que camina por la espuma de las olas, y se acerca a ver qué hace.
el viejo, agachado, saca de entre las rocas los animales más fabulosos que ella pueda imaginar: estrellas marinas, rojas, maculadas, amarillas, brillantes, espinadas, lisas, rollizas, delgadas, enroscadas...

el hombre tiene seca la piel del cuello. sus hombros están llenos de pecas de tiempo.
extrae una estrella goteante, anota en una libreta gastada y la devuelve al agua. camina entre las rocas y el mar. la niña lo sigue:

- "¿ves ésta?, mira ven!" - le dice el viejo - "tiene un brazo menos, ves? - escapó de algo que quería devorarla, un pulpo, quizás un calamar".
- "pobre!", dice la niña y pasa su mano por la piel dura de la estrella.
- "oh, no", dice el anciano, "es la vida de las estrellas - tienen una increíble cualidad: pierden un brazo, o dos, pero vuelven a crecer, una y otra vez. es la vida de las estrellas - pueden herirlas, pero no matarlas".

han pasado veinticinco años y la niña ya no corre con la brisa.
pero va por la vida con la enseñanza de la estrella - su alma se recupera cada vez de nuevo.
amará y será olvidada, amará y perderá el amor, su espíritu se encogerá, pero sanará y volverá a crecer, de nuevo, de nuevo... hasta encontrar la felicidad un día de otoño en el año de las lluvias grandes.
durante ochenta y tres años sus pupilas anidarán atardeceres y murmurarán noches de caracol.

9.5.05

la última burbuja

la ciudad se hundió de pronto. dicen que algunos sabían: en el gobierno, en algunos círculos militares.
dicen, pero no se puede asegurar.

nos convencimos que no se podía seguir trabajando cuando avistamos los primeros peces en las ventanas de la oficina. llamé a casa, "hola, mi amor", me dijo, "¿estás bien?". le dije que sí, que llamaba para saber de ella.
"la ciudad se ha hundido", me dijo, "han dicho que sólo se mantenía a flote mientras hubiera gente que amara y riera" - había escuchado que era la tristeza, los arquitectos municipales afirmaban que demasiada tristeza hunde las ciudades.

"lo que sea", le dije, "Debemos pensar seriamente en irnos de aquí. prepara todo. me voy a casa".
nadé doce kilómetros por bajo el agua. miles de personas trataban de seguir la vida normal - nadaban hacia el Banco, se agarraban al techo de la estación de buses, trataban de desplegar el periódico, pero la corriente humboldt se los impedía.

la ciudad seguía hundiéndose suavemente en el precipicio marino cuando entré a brazadas por la ventana. "¿qué crees?", preguntó, "¿me viene este vestido para salir a nadar?".
le quité una anémona del cabello y la besé en la boca, "vamos", le dije, "estas calles ya no serán nunca más las nuestras".

miró con tristeza hacia afuera, "tienes razón", dijo, "la gente se ha tornado azul, algunos se sientan en el parque y tratan de conversar con sardinas, he visto gente abriéndose agallas con una navaja, niños intentando jugar con calamares..."

la tomé de la cintura y nadamos hacia afuera, hacia arriba - muchos se echaban piedras en los bolsillos para no flotar, para poder caminar firmemente en el fondo.

aún seguimos nadando. hace tres años, por unos segundos creí ver una luz a lo lejos, pero desapareció. ya aparecerá otra.


(dibujo - frank h.)

7.5.05

Israel, Jerusalén - ignorancias y un gramo de nostalgia

"ser periodista es escribir páginas enteras sobre algo de lo que no tienes idea"
- mi amigo Elías, periodista.


Ocurre una y otra vez, y cada vez que ocurre me impresiona de nuevo.
Viviendo en Chile, y perteneciendo a una muy mínima minoría judía ya no me llamaba la atención lo poco, casi nada, que la gente común y corriente sabía (o creía saber) acerca de los judíos, Israel, su país y su historia.

Con los años uno se va acostumbrando a que lo encasillen en un estereotipo formado de otros estereotipos. Y se acostumbra a que muy pocos están dispuestos a liberarse de ellos.
Está bien, uno piensa, somos pocos y con grandes enemigos que nos han hecho muy mala propaganda por dos mil años. Además, se consuela, la gente no tiene por qué saber.

Pero cuando esto ya llega a nivel profesional, a nivel periodístico, los niveles de ignorancia sobre el tema no dejan de asombrar nuevamente.

Lisa Goldman, desde Tel Aviv, en su blog On The Face, nos cuenta otro de esos casos asombrosos.
Fué enviada por su periódico a cubrir un evento religioso cristiano-ortodoxo a Jerusalén en la iglesia del Santo Sepulcro. Todo estaba repleto y había muchos periodistas extranjeros.

Entabló conversación con un periodista europeo, al rato le entregó su tarjeta y se ofreció para mostrarle Tel Aviv y otros puntos del país. El periodista se mostró interesado y le dijo: - Sí, me han dicho que en Tel Aviv hay un barrio judío bastante grande.
Lisa se largó a reir, pero se dió cuenta que el periodista europeo no se reía en absoluto.

Bueno - es como si ustedes le ofrecieran a un extranjero mostrarle Santiago, y éste les dijera que: Quiero conocer el barrio chileno! - Lo primero que ustedes captarían es que tal extranjero no tiene idea de dónde está parado.

Y lo peor de todo es que es un profesional que está cubriendo un evento en otro país y se supone que algo ha leído sobre estas cosas - aunque sea a la rápida en el avión.
Ni eso, no se hagan ilusiones... y después regresa e informa, en su diario o revista, a cientos de miles de inocentes lectores.

Sucede una y otra vez. Sucede tanto que incluso para alguien que ha vivido en Medio Oriente muchos años y que conoce bien esa realidad, se hace difícil sacar de la cabeza de las gentes las ideas falsas y los modelos arbitrarios que se han formado acerca de la región entera desde las informaciones de la prensa.

Hace unos dos años atrás se hizo una encuesta en varias ciudades europeas sobre Medio Oriente. Fué increíble constatar que un 80% de las personas creen que Jerusalén es un país. Que antes existió una país palestino "destruído por los judíos". O que piensan que Israel es una potencia enorme, mucho más grande que los países árabes y que tiene petróleo!

Y Europa está allí mismo, al frente. Imagínenese lo que se sabe sobre el tema en Latinoamérica.
Por ejemplo, decenas de medios informativos siguen diciendo que "las autoridades israelíes de Tel Aviv, decidieron que...". Bueno, gente - en Tel Aviv no hay autoridad israelí alguna.

Jerusalén es la capital de Israel y allí están el Parlamento, la Casa del Presidente, la Oficina del Primer Ministro y todos los Ministerios. ¿Tel Aviv? No sé de adónde sacan eso.
Comparando, es como si se informara que el Gobierno chileno de Talcahuano ha declarado algo.

Varias veces llegaron a Israel amigos chilenos y yo les hacía un tour por los lugares más importantes. Viajábamos a Jerusalén e iban muy emocionados. La emoción se les pasaba al entrar a una ciudad enorme y moderna, llena de autos y buses, con un millón de personas, bares, restoranes, cines y malls.
Llevaban la idea de la Ciudad Vieja de Jerusalén, la Jerusalén antigua, que no es más grande que un barrio pequeño, rodeada de las murallas construídas por David, y dividida a su vez en cuatro 'sub' barrios étnicos, religiosos: El barrio judío, el armenio, el musulmán y el cristiano.

Pocos saben, por ejemplo, que los principales lugares cristianos, como el Santo Sepulcro, están en el barrio armenio y son administrados por la Iglesia Cristiana Ortodoxa, no por la Católica Romana, o que la Vía Dolorosa cruza por medio del barrio árabe, y que es una angosta calle repleta de comercio.
Esa Ciudad Vieja ha ido quedando sumergida dentro del nuevo Jerusalén que sigue creciendo a su alrededor.

Pero lo que quiero acentuar aquí es cuán desinformado está el público del verdadero espíritu y quehacer de la región. Muchas veces tal desinformación es interesada. Muchas veces las deformaciones de la realidad y las representaciones retorcidas provienen de motivos propagandistas. Demasiadas veces.

He agregado una ilustración mía que muestra una tarde en la Jerusalén moderna, sentado en un café, conversando o discutiendo de política con los amigos. Nostalgias... Nos vemos!

5.5.05

a una lejana piel de cobre

Crucé la avenida Libertad esa tarde cuando Viña era aún Viña, quieta en las siestas como gato de balcón. Me dicen que ahora es distinta, más llena de gente, más chic y cosmopolita.
Las calles arboladas de los Orientes conocían mis pasos de fantasma constante. Un parquecito de los Ponientes, cerca del mar, me prestó sombra de árboles para comerme un sandwich de mantequilla y cecina comprados juntando los pesos de mis bolsillos y los de su cartera barata. Éramos pobres de lunes a viernes y ricos de fin de semana, cuando nos pagaban. Nos gastábamos la plata de la semana en un motel tranquilo con camas resistentes y dos cenas estupendas en algún lugar donde pudiéramos escuchar las olas.
Sábado y domingo nos amábamos entre sábanas, saboreándonos las salivas saturadas de nosotros, comiéndonos y durmiendo, comiéndonos y durmiendo - en un tren de hambre y saciedad, naturales como leones. Durante la semana nos amábamos en rincones oscuros robados a la ciudad, en las escaleras traseras, en los pasajes habitados por soles tardíos.
Crucé la avenida Libertad esa tarde de 1983 con el alma ardiendo. Sabía que me iba y sabía también que me quedaba en ella. Aquel regalo bondadoso de los dioses se convertiría en un minúsculo puente entre dos pensamientos.
Desde la ventana abierta de una casona bajo los plátanos, Men At Work cantaban "Who Can It Be Now?" - en uno de esos chistes oscuros que la vida nos hace con su humor de niña cruel. Me fuí a los dos días y no he vuelto nunca más.
¿Será aún su pelo de gitana y su risa al galope? ¿Será aún su piel de cobre?
¿Seré aún yo, en mitad de esa escalera?

3.5.05

Abogado del diablo plus retrato

Voy a hacer una especie de defensa antipopular. Re antipopular. Voy a defender la 'junk food'. Después hablaré de otras cosas, pero vamos paso a paso. Vamos a emprender esta carrera de abogado del diablo del comistrajo.
Vamos por la ciudad, apurados, con poca plata y hambrientos - así tal cual he ido (hemos ido) muchas veces en esta vida de canes. Hace unos días andaba así y a pesar de todo el bla blá en contra entré a un Wendy's, una de esas famosas cadenas de comida rápida. No pedí nada estrambótico: una hamburguesa, la clásica, papas fritas y Coca-Cola.
Revisemos el asunto: pan más que aceptable, diría que hasta rico. Dos buenas torrejas de tomate, lechuga, cebolla dulce, pepinillos, mayonesa - todo muy fresco y una hamburguesa que calculé debía ser un 35% carne, un 35% grasa y un 30% agua, nada del otro mundo, pero tampoco nada que no podamos comer de vez en cuando (nuestros queridos chorizos son más o menos lo mismo). Una suficiente porción de papas fritas con cero gusto a aceite y un inmeso vaso de Coca-Cola que podía llenar cuanto quisiera. ¿Costo? - Tres dólares.
Y no me vengan con cosas, pero por tres dólares no se compran ni un vaso de agua en un restaurante. Una comida más que aceptable a bajo precio. El bajo costo viene dado por la cantidad, no por la mala calidad. Si a esto le suman que fuí atendido super rápido y que el lugar estaba limpio y agradable, lo mismo que los baños - entro en abierta defensa de las cadenas de comida rápida.
Había decenas de personas de toda edad. Varios de ellos jubilados que dificilmente pueden darse un buen rato 'afuera', comiendo en un lugar decente y limpio por tres dólares. Entraban y salían trabajadores. Unos llevaban para sí mismos, otros llevaban encargos de grupo. También gente que en medio del día necesita una buena cantidad de calorías y que no tiene ni el tiempo ni la plata para cosas superiores.
Por supuesto que alimentarse solamente de fast-food no está bien. Cualquier régimen monótono andaría mal en cualquier persona a cualquier edad - pero estas cadenas cumplen una función más que respetable en el mundo actual. Claro, todos preferimos un buen restaurante o una buena cena en casa, todo preparado por nosotros mismos. No siempre podemos hacer eso, y cuando no - allí están los Wendy´s, los McDonald, los Harvey's o los Burguer Ranch para sacarnos muy bien del apuro... por tres dólares.
Con estas cadenas pasa lo mismo, creo, que con la Coca-Cola - reciben una especie de repudio indirecto, muchos hablan mal de ellas más por lo que representan que por lo que realmente ofrecen. Hay, tras muchas de las críticas, un resentimiento hacia el sistema capitalista más que hacia sus productos. Es decir, es una crítica política disfrazada. Como muchas. Yo, que vivo de mi trabajo y la política me la meto al bolsillo y me importa un pucho decir cosas "in" - las defiendo por lo que ofrecen. Cubren un nicho culinario bien importante en la comunidad citadina y no lo hacen nada de mal.

Y bueno, los que no se conformen con solamente el ojo que hay aquí arriba y quieran ver mi autoretrato completo deben hacer clic aquí. Además, nuestro amigo Puzzle le ha creado cuento a otro de mis "monitos", para leer esa genialidad (y para admirar otra de mis "obras de arte") deben ir aquí - para leer las otras deben revisar su blog completo, que hay cosas buenísimas.

1.5.05

primera noche de mayo


Se ofrece ante mí la pantalla blanca y brillante como una estrella casera, propia, al alcance de la mano, ¿qué escribiré? - No sé. Me acompaña la última copa de este valpolicella que me cayó bien y las armonías de mandolina del disco con canciones sefarditas, en español antiguo, ¿cuál es este tema?, "Pase el agoa ma Julieta", así se llama.

Bueno, cosas de hoy - ah! sí, voy a poner otro dibujito mío. Veamos, esto se ha puesto casi masturbatorio, dibujamos todo el día, le ando buscando el ángulo a las cosas para dibujarlas, me siento un clon fallado de Leonardo.
Quizás debo parar esto. "No, todo lo contrario", me dice, "si te nace, es lo tuyo... quién sabe!", agrega con esos ojos que me matan. Así es que pondré otro dibujito en el blog.

Okey, veamos - me llamó un amigo, me dice que está en la bencinera de la esquina, olvidó las llaves dentro del auto y está oscureciendo, no sabe qué hacer, no puede abrir el carro. Voy con dos colgadores de ropa, de esos baratos que se pueden doblar. Ta ta tá y bajamos el vidrio un poco y metemos el alambrito y pallá y pacá... clic! se abre!
Ya está oscuro. Mi amigo se va. Camino hasta la panadería y rebusco por algo. Compro fogazza. Pienso ver una buena película, comer fogazza y acabar el valpolicella. Después - si ando con suerte, me aceptan uno o dos rounds. Hay que asegurarse, regreso a la panadería y le compro chocolates.

Estoy leyendo tres libros al mismo tiempo. Locura. Cuando uno me cansa lo dejo y abro otro. Los leo a ratos - la vida ha cambiado y me ha convertido en lector guerrillero. Leo cuando y como puedo, a trozos cortos, cuando se da la oportunidad. ¿Recuerdan cuando uno podía ponerse patas arriba en el salón y concentrarse de tal manera que se devoraba Ana Karenina en dos horas?, okey, en tres. Ya no más señores. Finítto! Ahora hay que ser lector guerrillero. Aprovechar la oportunidad y raptar una leída de quince minutos con el cafecito.

Tengo dos libros en el trabajo y tres aquí en casa. Estoy leyendo de nuevo los del Gato, esos son delgaditos así que llevo siempre uno en la chaqueta.
Uno sobre la desaparición de los dinosaurios me deprime mucho, así es que tengo otro para levantar el ánimo. Los leo a las cambiaditas - cuando me siento culpable de estar pasándolo demasiado bien con el libro cómico siendo que hay tanta gente muriendo de SIDA en África, agarro el de los dinosaurios. Y así me voy...

Hemos pasado el día afuera, "jardinear es lo más lindo de la vida", me dicen. Mi actividad preferida de estar afuera es el asado. He asado unos chorizos y pollo y también eché unos pimentones y una papas dulces en papel aluminio (para comerlas con mantequilla). Están abriendo los botones de los primeros tulipanes, azules y amarillos. Después de comer traje el bloc y me puse a dibujar cosas del jardín. Hacia las seis hubo congregación de nubes grises y empezó a lloviznar, así que adentro los boletos.

Y bien, estoy cerrando el blog por hoy. Mañana es domingo y no hay planes a vista. Quiero ir a pasarlo a un parque - algo con mucho verde y agua, con senderos en el bosque para una pedaleada de esas transpiradas, después chutear un rato, comer, leer, descansar... el comando central pone condiciones, "no muy lejos, que la gasolina está muy cara"... "y que haya baño". Antes, jamás nos preocupamos de esas cosas.
Sí, definitivamente la vida está cambiando ante mis propios ojos. Casi puedo visualizar los genes saltando de allá para acá, mutando, segregándose, recombinándose. Huelo en el aire mi propia evolución. Quizás por eso me tensa la historia de los dinosaurios.
(y no es que me queje, ... on contrary)
Bye people, see ya later, cúidense!

P.D Anexado y ná que ver: Hace meses posteé una nostálgica remembranza de la calle Shenkin en Tel Aviv. No soy el único que la recuerda, en su blog Gil Ben Mori que vive allá, acaba de hacerle una nota especial a esta callecita. Hay fotos.

(dibujo - Frank)