2.4.05

introducción a la entomología mecánica


él había llegado a esa edad en que se ama las mañanas, el libro abierto, el olor a café, los croissants frescos y ver una mujer hermosa pasar por la plaza húmeda de rocío.

ella había llegado a esa edad en que se aman las flores y los insectos que las visitan. abre las ventanas para que el sol se refleje en las alas y en las antenas, en los pétalos y en los botones por abrir.

ese día, a las diez treinta y dos, en el interior de un escarabajo verde, brillante como una joya, las ruedecillas del mecanismo que lleva dentro se mueven y el insecto vuela con un zumbido hasta posarse en la mesa, justo entre el plato con los croissants y el spresso.
el hombre mira extasiado su belleza, la perfecta coloración de los élitros.

de pronto el escarabajo se eleva, se mantiene en el aire unos segundos y después vuela en línea recta hacia arriba a toda velocidad, hasta el balcón florecido del tercer piso. el hombre lo sigue con la mirada y entonces la ve.

el zumbido atrae su mirada hacia las flores, luego hacia la calle, luego hacia la plaza donde ve al hombre del libro y el café mirando hacia su balcón.

no crean que siempre es así de fácil.
a veces el mecanismo de orientación falla y vuelan hacia otra parte. en los primeros tiempos perdí miles. no lograba conectar bien la brújula con los ejes de las alas.
a veces se me quedaban sin cuerda, caían a medio camino y eran aplastados por los peatones o los carros.
fuí haciendo cuentas y ajustando resortes. ahora la situación es buena: la mayoría regresa después de cumplir la misión.

miren, aquí regresa... brillando bajo el sol, hace los cálculos finales y se posa suavemente en mi palma. un pequeño escarabajo esmeralda. hace clic, clic, clic y después se queda absolutamente inmóvil.

5 comentarios:

Elisa de Cremona dijo...

Y los que no se orientan? pobre de ellos, perdidos entre las miles de imagénes que los rondan... tal vez entre el croisant y una ensaimada, pues caiga de rebote en el bocadillo dulce de chocolate y no se dé cuenta que hemos estado todo el día esperandolo para las noticias del vespre... ahí viene uno... pero.. no! no.. este es el norte! tú vas al sur...es que negro y no se entera...

Cpunto dijo...

entonces era èl el responsable de tantos giros,tantos cafès y mermeladas y calles y uno que otro devolver la mirada hacia cierta esquina,
era eso

bello doc.
C.

unsologato dijo...

No son los Beatles... ni un producto de la Volkswagen... son nada más y nada menos... que los geniales escarabajos de nuestro amigo Doc. Savage Jr que una vez más nos alegra las mañanas de letras.
Si te interesa la entomología o tenés algún amigo entomólogo, no pueden dejar de ir a Juan Fernández, hay una taza enorme de endemismo y muchos bichos aún sin clasificar. Hace unos años pasó un canadiense recién recibido y lo que se llevó le abrió las puertas de la fama, con publicaciones y bichos a su nombre.
Cómo estaría un Bodego Doctis Savagis de siete patas y tres antenas, una de ellas para seguir iluminando letras a los amigos.
Gracias master. Me alegraste todos los bichos del día.
Recomienda lectura de "El escarabajo" de Manuel Mujica Laínez.
Abrazo entomológicamente felino.

Ángel mutante dijo...

Me gustó.
Me gustó tu escarabajo.
Me gustó mucho.
Me gustó muchísimo.
Alegró a todos los insectos que alguna vez se han posado en mi cuerpo.
Ahora dime, mi ángel exégeta, ese escarabajo es de esos que comen mierda?
Te mando un besito con 50% de lujuria 30% de admiración y 20% de
anarquismo.

franhilz dijo...

Eli, los que se pierden se pierden. Nada que pueda hacerse. Perdidos en acción.

Gracias C. ¿hay un Merlín tras los juegos de la vida?

USG, gracias por la recomendación, pallá vamos.

Ángel, me alegro que le gustara. Escarabajos coprofágicos también hay, pero éstos no comen, son mecánicos, hechos con piezas de relojes antiguos que ya no funcionan, cola de pegar y brújulas de bucanero inglés. Para las alas, uso diferentes papeles de arroz, chinos, difíciles de conseguir.

Nos vemos!