3.2.05

Gustav Mahler y el panadero de Valparaíso


sueño: algún momento de mi vida, entre los seis o siete años. mi papá viste un terno color marrón y voy de su mano por Valparaíso. otoño.
música del sueño: la Octava Sinfonía de Mahler - esa parte llamada "Blicket Auf".
topografía general: veredas y calles, cruzamos una plaza, casas altas de dos o tres pisos.

nota explicativa al sueño: mi casa, hace treinta años atrás - en un área al lado de la escala está la radio con el tocadiscos, al fondo el estante con discos y libros. en el segundo nivel los discos de Gustav Mahler. recuerdo la Primera Sinfonía, la Octava y la "Canción de la Tierra". era una música riquísima, quizás demasiado dramática para un niño.

una vez un tío me explicó parte de la Primera Sinfonía - "escuchas?" me dijo, "eso es Padre Pierre, una canción popular, escucha, escucha ahora..." - de pronto la melodía de Padre Pierre cambia, al fondo de la orquesta se escucha un clarinete con otro ritmo, la melodía sigue cambiando de manera cómica, el clarinete cada vez más fuerte y tras unos segundos todo es kleizmer - la típica música judía europea. "Mahler", me dijo el tío, "compuso aquí un mensaje en clave: por más que me hagan escuchar otra música, siempre resurgirá la mía..."
no sé si será verdad.

continuación del sueño: una casa en el plan de Valparaíso, mi papá golpea, alguien abre y hay holas y qué tales. entramos.
es la cocina de una panadería, allí donde se guardan las harinas, las sales, las mantecas. hay mesas enormes y bandejas por todos lados.

hemos venido a encargar matzos, mi papá me lleva a ver esa masa especial e increíble - el panadero levanta una hoja de masa de matzos, enorme como una sábana, delicada y casi transparente - tanto que puedo ver su figura y sus manos a través de la lámina de harina y agua.

pregunto en el sueño: - ¿cómo esa delgadísima hoja de masa no se rompe? ¿cómo pueden ponerla al horno sin que se carbonice totalmente?
"magia", me responden, "el mundo está repleto de magias"

fin del sueño: despierto. las tres de la mañana. oscuro. me levanto por un vaso de agua. sonrío: "magia... sí claro, y dónde?
"en las cosas pequeñas", me responde Gustav sentado a la mesa de la cocina tomando un vasito de leche, "nunca en las cosas grandes e importantes - la magia vive sólo en las cosas pequeñas, como esa hoja de harina y agua que no se rompía".

(ilustración - frank h.)

10 comentarios:

Elisa de Cremona dijo...

No te preocupes, sí alcancé a leer tu comentario, lástima que se borrara, junto con todos los otros.. pero es uqe no supe cómo hacerlo mejor.. en fin.. todo por la estética..
Mahler.. sí, Mahler... tal vez toda la magia sean simplemente sus prodigiosas manos...

franhilz dijo...

Elisa, en realidad no están borrados - Haloscan los tiene guardados en alguna parte. No sé cómo hay que pasarlos al nuevo sistema, pero están.
Yo puse Haloscan hace tiempo, pero me dió lástima que muchos comentarios muy valiosos se iban a perder, lo borré... y aparecieron de nuevo!
Y quedé contento.

Magia, Elisa... en las cosas mínimas, después, se diluye.
Nos vemos!

unsologato dijo...

Hola Doc...
Este sueño mahleriano da para un largo comentario... pero se me va el tren... me voy a Rancagua... te traigo recuerdos del gran y querido Gustav... arrivederci...

adagietto dijo...

Y qué me dices de la quinta doc? :)

unsologato dijo...

Tremenda la 5ª...
Extraordinariamente bella la 4ª...

franhilz dijo...

No dudo que Mahler fue un revolucionario de la sinfonía y que sus obras son portentosas. Aún así, y desde chico, me resultó demasiado dramático, su música es opresiva - bella - pero la sentía como un río poderoso que arrasaba.

La asociación que el sueño trajo es para mí lo importante aquí: Mahler y esas mágicas hojas de masa, recuerdos que en algún momento quedaron tapados por toneladas de polvo y telarañas - y que resurgieron juntos por alguna razón.
También me senté en la cocina madrugadora y estuve conversando con Gustav un rato, él con su leche, yo con un shot de whisky.
Hablamos de muchas cosas.

La Quinta la recuerdo - las Quintas son famosas en varios de nuestros amigos: la de Prokofiev es magistral, la de Shostakovich va por ahí.

Si agregan más migas al pan de Mahler, les estaré muy agradecido.

adagietto dijo...

Mahler es el maestro de la intensidad,sus obras marcan el cenit de la evolución de la sinfonía..pero escucha la segunda sinfonía de Rachmaninoff..es simplemente sublime.

franhilz dijo...

Gracias Adaggieto, lo haré.
Tengo la suerte enorme de que la Biblioteca pública de la ciudad tiene un piso entero con música - y presta los CDs por tres semanas, así que puedes empacharte.
Ahora mismo tengo varios en casa. Generalmente sacamos cosas que no conocíamos.
Entre el último montón, hemos descubierto otra sinfonía recomendable: la No.1 de Samuel Barber, un compositor bastante interesante.
Voy a pedir la Segunda y Quintas de Mahler, veamos si ahora con oídos de adulto la cosa cambia.

unsologato dijo...

Contaré mi experiencia mahleriana. No soy un erudito musicólogo como para emitir juicios tan certeros sobre el gran Gustav. Ciertamente, que con él el sinfonismo alcanza la cima. Me llevó más de quince años escuchar sus nueve sinfonías y hay algunas que todavía no las he digerido demasiado.
Todo comenzó con la Primera, que para mí sigue siendo la más querida de todas. A ese amor se sumó una circunstancia: la muerte de mi abuelo. Esa tarde de Agosto de 1991, andaba en el cine del San Martín en Baires en un ciclo de cine sueco, la película se llamaba Hip hip Hurra, y la música era exclusiva, recurrente y obsesivamente Mahler y la 1ª Sinfonía. Salí del cine tarareando los dos tres temas que se repetían en el film, que resultó bellísimo. Horas más tarde me enteré de la muerte de mi abuelo, el inmigrante que llegó de Galicia a los trece años y de donde creo me vienen ciertos genes viajeros que me llevaron a Juan Fernández... La asociación de esa muerte con la película y Mahler, fue inmediata. A los pocos días me compré una versión digna para celebrar a mi abuelo, una de Bernstein, donde el tema del folklor judío está magistralmente interpretado por alguien que lo conoce esencialmente.
Y así con cada una hay algo de mi vida, ciertas fechas, lugares o gente. Por ejemplo la 3ª la escuché por primera vez con mi padre cuando me visitó en la Isla, en medio de los cerros anduvimos descubriendo esa bella sinfonía que se convirtió en su favorita. La 4ta ya rondaba por mis paisajes porteños y me acompañó siempre y la escuché alguna vez en vivo y es junto con la 1ª, mi favorita. La segunda y la 5º, ambas gigantescas, ambas en versiones brillantes de Bernstein. La 6 y 7, no me sorprendieron tanto, pero uno sigue fiel a Mahler, alguna vez alguien me dijo que el aporte llega hasta la 5ª, y que después se repite bastante. La 8ª aún no logra digerirla, me parece excesiva. En la 9ª vuelve a la calma, pero aún debo escucharla muchas veces más para llegar a amarla. Lleva tiempo Mahler porque son obras extensas y de una tremenda densidad y uno tiene sus manías, por ejemplo de escucharlas siempre completas y además que mis caminos de melómano fueron más por la chamber music y el piano: Bach en piano!!! Beethoven y sus cuartetos de cuerdas y sus sonatas para piano... y toda la obra de cámara de Brahms, queridísimo Brahms!!!!
Gracias Doc, por este Mahler!!!
La 5ta de Shostakovich, me parece extraordinaria. Sobre la 5ta de Prokofiev tengo que volver... y gracias a Adagietto por esas sugerencias de Rachmaninov, no conozco esas sinfonías, y las de Barber tampoco... tanto que queda por escuchar...
Saludísimos mahlerianos!!!

franhilz dijo...

Qué recuerdos Gato,
Y estos me hicieron a mí recordar otro evento. Lo tendré presente para postearlo en estos días.
Gracias.